Este
es un ejercicio muy utilizado en Mindfulness, cuya principal virtud
es la de llevarnos una y otra vez al presente, a no dejar de ser un
principiante, a ser consciente de cada acto que llevamos a cabo en
nuestro día a día.
Imagina
que eres un alienígena que acaba de pisar la tierra por primera vez,
todo te parece extraño, diferente, no reconoces nada. De repente te
encuentras un objeto; “Una pasa”.
Nunca
antes has visto nada igual. Lo examinas con mucho cuidado, observas
su apariencia, su textura, su color, su tamaño... Intentas percibir
si es húmeda o seca, caliente o fría, es áspera o por el contrario
tiene suavidad ?
La
acercas a tu oreja, la haces girar, la aplastas un poco, intentas
descubrir si emite algún sonido, si produce ruido.
Llévala
a tu nariz, observa si tiene algún olor que te resulte conocido,
huélela otra vez....
Cuando
decidas que se puede comer, dirige la a tu boca, dándote cuenta de
como tu brazo sabe lo que tiene que hacer. Al colocarla encima de tu
lengua percátate de como comienzas a salivar, como la textura que
sientes ahora no es la misma de tus dedos, Al morderla, sabores
dispares acentúan espacios de tu lengua, hasta que como última
acción pasa por tu garganta para ser tragada.
Es
sorprendente lo que este simple ejercicio nos puede ayudar a
comprender lo dispersos que estamos en la vida. La cantidad de cosas
que se descubren con él son increíbles.
Claro
esta que esto deberíamos de llevarlo a todo lo que hacemos a lo
largo del día.
Te
invito a que dejes tu experiencia y compartas con todos nosotros lo
que descubriste de tu “pasa”
Julia
Mª de las Viñas Martín Sánchez.
Fuente;
El manual de Mindfulness